Sesionó en 21 ocasiones y sancionó 95 leyes, ubicándose por debajo del promedio de los últimos diez años
En sintonía con el Congreso Nacional, la legislatura porteña también cerró uno de los años menos productivos del último tiempo, tanto si se evalúa por cantidad de sesiones como por leyes sancionadas. Una de las principales razones, a las que apunta la oposición y parte del oficialismo, es la heterogeneidad que caracteriza al actual interbloque de Juntos por el Cambio.
En 2022, la legislatura sesionó en 21 ocasiones y sancionó 95 leyes. Aunque apenas lograron superar las 18 reuniones del 2021 y las 20 del 2020, el año marcado por las restricciones de la pandemia, la cantidad de sesiones, que promedia dos al mes, está por debajo de la media de los últimos diez años, que se ubicó en 35.
La tendencia también se observa en la cantidad de leyes sancionadas. La cifra se encuentra por debajo de las 265 normas que en promedio se aprobaron en el parlamento porteño en la última década, según indican las estadísticas oficiales.
Por su parte, se llevaron a cabo 141 reuniones de comisiones. Con 16 reuniones, la comisión de Presupuesto y Hacienda se ubica en el podio. Exceptuando a las de Cultura (13); Junta de Ética, acuerdos y Organismos de Control (12); Mujeres, géneros y diversidad (12), la mayoria de las comisiones, por su parte, no llegaron a registrar ni una reunión por mes. A modo de ejemplo la de Vivienda se reunió solo 3 veces mientras que Seguridad, 2.
En la oposición consideran las disputas internas del oficialismo como la principal explicación para la baja actividad legislativa y anotan como una victoria las dos sesiones especiales que convocaron en conjunto el Frente de Todos, La Libertad Avanza y Frente de Izquierda de los Trabajadores.
Después de la renovación de bancas por los comicios de 2019 y 2021, Rodríguz Larreta enfrenta un escenario más hostil en Perú 160. Si bien retiene la mayoría simple porque la tropa de Juntos por el Cambio tiene 32 integrantes, allí conviven macristas, bullrichistas, lilitos, radicales, socialistas y libertarios que responden a Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos). En las últimas elecciones, el oficialismo perdió escaños que ponían en juego y, por la apuesta al modelo aperturista de Rodríguez Larreta, el Pro quedó con menos representantes y cedió lugares a sus socios. En el interbloque veinte legisladores son de Pro, la CC y Confianza Pública, ocho de la UCR, dos del Partido Socialista y dos de Republicanos Unidos. Irrumpieron, ademas, los libertarios de Milei que complicaron los cálculos del oficialismo.
El “Frente Anti-Grúas” obtuvo su nombre cuando kirchneristas, libertarios y trotskistas convocaron a una sesión especial en agosto para objetar el sistema de grúas de la Ciudad. Acorralado por la advertencia de Elisa Carrió -que estaba dispuesta a enviar a sus alfiles a votar con la oposición-, Rodríguez Larreta dispuso la estatización temporal del servicio. La Coalición Cívica de Carrió mantenía una postura crítica desde hace años sobre el servicio de las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, que operaron con contratos vencidos desde 2001 y sucesivas prórrogas a cambio de un canon irrisorio ($55.000 mensuales). Luego, la oposición consiguió aprobar un proyecto que prohíbe el acarreo de vehículos cuando no obstaculicen el tráfico.
El frente anti grúas volvió al ataque meses más tarde con otro tema que consiguió abroquelar a la oposición y resonar en la agenda pública. Esta vez, consiguieron sumar a los dos diputados de Republicanos Unidos que se sentaron en la sesión especial montada por el kirchnerismo, los libertarios y la izquierda para presionar a Larreta a derogar el impuesto de sellos sobre los resúmenes de las tarjetas de créditos. Lograron de esta forma quedar a un solo voto del quorum.
Se trata del impuesto que el jefe porteño dispuso en 2020 luego de que el presidente Alberto Fernández decidiera quitarle más de un punto de coparticipación a la Ciudad. Tras la decisión anunciada por la Casa Rosada de no acatar el fallo de la Corte Suprema que restituyó los fondos de coparticipación, se frustró el intento del gobierno porteño de avanzar con la eliminación del impuesto de sellos sobre los resúmenes de las tarjetas de crédito. No consiguieron alcanzar los dos tercios del quórum (40 legisladores) necesarios en las sesiones extraordinarios por lo que el proyecto de ley para derogar el tributo todavía no se trató en la legislatura porteña.
Desde el oficialismo señalaron que la tendencia hacia una menor cantidad de proyectos aprobados en comparación con los años precedentes se debe a motivos “variados”. “La Legislatura presenta mayor diversidad hoy en día, con más bloques y coaliciones más diversas, haciendo que los proyectos y su sanción requieran de mayor tiempo de debate y estén más distribuídos”, esbozaron. Sumaron también que por los años de gestion que lleva el Pro en la Ciudad se redujeron la cantidad de proyectos que enviaba el Ejecutivo para resolver temas estructurales. En ese sentido, agregaron ademas que no consideran necesariamente la cantidad como el indicador principal para medir la productividad legislativa y enumeraron la reforma del Estatuto Docente, la Ley de Incentivo Joven y la ley integración productiva en barrios populares.