El diputado nacional y letrado constitucionalista Alejandro Fargosi, integrante de la bancada de La Libertad Avanza, formuló severas objeciones al funcionamiento del Poder Judicial y cuestionó de manera directa el desempeño cotidiano de los magistrados. En declaraciones públicas, sostuvo la existencia de una problemática estructural que no se circunscribe exclusivamente al déficit en la designación de jueces, sino que también atañe a la modalidad con que muchos de ellos administran su tiempo y sus responsabilidades laborales.
Si bien reconoció que el Poder Judicial arrastra una carencia significativa de vacantes sin cubrir, Fargosi enfatizó que dicha insuficiencia no puede erigirse en justificación de la lentitud e ineficiencia en la tramitación de las causas. En ese contexto, articuló una exigencia perentoria hacia los jueces al expresar: «En la actualidad, el cometido (de un juez) es incrementar la dedicación laboral, desestimar toda actividad ajena a la función judicial, reducir el período vacacional y extender el horario de servicio».
El legislador puso el foco particularmente en lo que considera una cultura judicial disociada de las urgencias sociales y las demandas de la ciudadanía. Desde su perspectiva, el Poder Judicial debe ajustar su operación a un marco de mayor rigurosidad y rendición de cuentas, priorizando la resolución de expedientes por encima de actividades accesorias o prerrogativas históricas que, a su entender, han perdido su vigencia.
Justicia y Política
En otro segmento de sus manifestaciones, Alejandro Fargosi profundizó su análisis al vincular las deficiencias del sistema judicial con la injerencia política del kirchnerismo en las últimas décadas. «Contamos con un poder judicial nutrido de magistrados que han accedido a sus cargos por influencia del kirchnerismo. Son 20 años de kirchnerismo gestionando el país y desmantelar esa impronta no resulta una tarea sencilla», afirmó en Radio Rivadavia.
Para el diputado, esa impronta política habría contribuido a consolidar prácticas que favorecieron la impunidad y la merma en la independencia judicial. Desde ese enfoque, sostuvo que el proceso de transformaciones en curso no será inmediato ni expedito, puesto que implica desarticular entramados de poder consolidados a lo largo de los años y que aún detentan ascendencia en el ámbito tribunalicio.
No obstante, Fargosi también puso de relieve indicios que, a su criterio, configuran un punto de inflexión. Al aludir a resoluciones judiciales recientes que involucran a figuras prominentes del ámbito político nacional, sentenció: «La Argentina ha comenzado a dejar de ser el reino de la impunidad», en una valoración positiva del curso que empiezan a tomar algunas causas emblemáticas.









