Tanto el gobernador Axel Kicillof como el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, coincidieron en la necesidad de restrigir y controlar la llegada de pasajeros desde el exterior a fin de impedir el desarrollo de la peligrosa variante del virus.
Las autoridades de la provincia y la ciudad de Buenos Aires coincidieron este martes en la necesidad del cumplimiento del aislamiento obligatorio por parte de quienes regresan al país desde el exterior, que en el caso de los bonaerenses incluirá cuatro días de estadía en un hotel, cuyo costo que deberá asumir el viajero, del mismo modo que para los porteños y porteñas que den positivo en Covid-19 o no puedan aislarse en sus domicilios.
Con la mirada puesta en evitar y retrasar lo máximo posible la entrada al país de la variante Delta del coronavirus, mucho más contagiosa que otras, los principales referentes sanitarios insistieron en lo crucial del cumplimiento de lo establecido en la Decisión Administrativa 643/2021, del 26 de junio pasado, que -entre otros aspectos- restringe a 600 la cantidad de residentes argentinos que pueden ingresar al país por día.
En este sentido, en una conferencia de prensa brindada este martes en La Plata, el gobernador Axel Kicillof; su jefe de Gabinete, Carlos Bianco; y el viceministro de Salud, Nicolás Kreplak, dieron detalles de los protocolos que deberán seguir los bonaerenses que regresen del exterior.
Se informó que quienes tengan domicilio en la provincia de Buenos Aires y vuelvan al país deberán hacer, a partir de este jueves, 1 de julio, un aislamiento obligatorio durante cuatro días en un hotel, cuyo costo quedará a cargo de la viajante y, luego, completar el período de siete días de cuarentena en su domicilio.
Los funcionarios indicaron también que se denunciará penalmente y se aplicará multas de más de cuatro millones de pesos a quienes no cumplan con la medida. Kicillof justificó esa decisión en la necesidad de “retrasar” lo máximo posible el ingreso de la variante Delta de coronavirus al país, para que “el esfuerzo” que se está haciendo en el país, con medidas preventivas dispuestas por le Gobierno nacional, “no vuele por los aires”.
“Se trata de una cuestión de conciencia y solidaridad. Son medidas de cuidado y prevención razonables”, dijo al defender la decisión de restringir a 600 el número de personas que pueden regresar al país procedentes del exterior.
En ese sentido, Kicillof rechazó las críticas de “los que militan los contagios y la falta de cuidado, y luego se rasgan las vestiduras” ante el aumento de los casos.“No se trata de molestar, sino de cuidar a la gente”, remarcó Kicillof.
El mandatario bonaerense planteó que la variante Delta “es un 70% más contagiosa” que otras, por lo que pidió “evitar que ingrese o demorar su ingreso”, para lo cual, dijo, “hay que lograr que quienes viajan al exterior, cuando regresen, no esparzan el virus en nuestra población”.
También subrayó que en distintos controles se detectó que más del 30% de los bonaerenses que regresaron al país del exterior en las últimas semanas, no cumplió con el aislamiento obligatorio, actitud que calificó de “poco solidaria”.
En sintonía con esas decisiones, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, pidió este miércoles a la población “disminuir los viajes internacionales” a fin de evitar el ingreso de la variante Delta del coronavirus debido a su mayor contagiosidad y confirmó que el costo de los hoteles en los cuales deben permanecer aislados al regresar al país los casos positivos de coronavirus o quienes no puedan cumplir con el aislamiento en sus domicilios, estará a cargo de esas personas.
“Tenemos que hacer los mayores esfuerzos para disminuir la cantidad de viajes internacionales y que quien no tenga necesidad imperiosa de viajar no lo haga; cada persona que vuelve puede traer la variante Delta”, advirtió Quirós en su habitual conferencia de prensa sobre la evolución de la Covid-19.
Quirós sostuvo que es importante reducir los viajes fuera de la Argentina “especialmente en el próximo mes o mes y medio, para completar la parte más intensa de la campaña de vacunación” y solicitó que “haya la menor interacción (posible) con el exterior”.
Con respecto a los porteños que llegan al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, explicó que a quienes el test al ingreso al país les dé positivo o no tengan condiciones de aislamiento en sus domicilios, se les ofrece cumplir la semana de cuarentena en un hotel, cuyos “costos están a cargo de las personas, como indica la normativa nacional”.
También se refirió a las restricciones de vuelos la titular de la Dirección Nacional de Migraciones, Florencia Carignano, quien recordó que el Gobierno viene “advirtiendo de la recomendación de no viajar en este tiempo de pandemia porque pueden surgir situaciones como la actual”, en las que hubo que “restringir a 600 los pasajeros que llegan por día al país en Ezeiza”.
En diálogo con radio Continental, la funcionaria apuntó que “la gente, cuando sale, firma una declaración jurada en la que acepta que puede haber una reducción de vuelos, y que se hacen cargo económica y sanitariamente de todas las consecuencias, y de las características diferentes que pueda tener su regreso al país”.
“Estábamos muy preocupados porque veníamos controlando el aislamiento, y no se cumplía en alto grado en nuestro país, ya que alrededor de un 35 o 40 % no lo observaba”, indicó la funcionaria.
Más tarde, a través de Twitter, Carignano destacó la coincidencia entre autoridades nacionales y porteñas sobre las restricciones, al postear las declaraciones efectuadas por el ministro de Salud porteño, Fernán Quiros.
“Es importante entender que las recomendaciones que damos no tienen que ver con partidos, ni con posiciones políticas. Se trata de medidas de seguridad sanitaria para cuidarnos a todos y todas. La pandemia no pasó”, subrayó la funcionaria.
La normativa que establece que puede entrar al país un cupo de 600 pasajeros por día rige hasta el 9 de julio, a la vez que ratifica que continúan suspendidos los vuelos provenientes del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Chile, Brasil, India, países africanos y Turquía.
La norma dispone, además, que, “quienes regresen del exterior entre el 1° de julio y el 31 de agosto, están obligados a aislarse en los lugares que determinen los gobiernos provinciales y de la CABA, durante 10 días, contados desde el testeo realizado en el país de origen”.
La estadía en los lugares de aislamiento estará a cargo del pasajero y se controlará que quienes regresaron de viaje estén en sus domicilios.
Se radicarán denuncias penales en caso de verificarse el incumplimiento del aislamiento, de acuerdo con los artículos. 205 y 239 del Código Penal, por violación a medidas contra epidemias y desobediencia a autoridad pública, sancionadas con prisión de seis meses a dos años y con prisión de 15 días a un año, respectivamente.