En las últimas horas el Gobierno evalúo distintos formatos de reuniones para concretar el encuentro peronista en el PJ. Presencia K confirmada y gobernadores a la espera de una invitación formal
A tres días de que se concrete la mesa nacional del Gobierno, Alberto Fernández sigue sin definir quiénes integrarán la cumbre peronista y cuántos serán los dirigentes que estén sentados alrededor del punto de encuentro. Hay especulaciones y negociaciones permanentes.
Durante el fin de semana el Presidente analizó distintos escenarios posibles para la reunión. Desde hace algunos días entre los dirigentes peronistas surgió la idea de que una mesa amplia no serviría para tomar resoluciones concretas, en un momento donde debe existir un cierto orden para poder bajar la conflictividad interna.
En ese contexto, Fernández tuvo en carpeta la posibilidad de armar una reunión donde solo estén presentes representantes de los tres socios principales del Frente de Todos. Elegir 3 o 5 delegados (esa fue la cantidad que se evalúo) que representen los intereses de Alberto Fernández, otro bloque los del kirchnerismo y La Cámpora, y un tercer bloque los del Frente Renovador, la fuerza que conduce Sergio Massa.
El proyecto de esa idea es discutir y ajustar las posturas electorales y políticas del Gobierno entre un grupo más pequeño, que permita una dinámica más fluida en el debate. Lo que salga de esa discusión pasaría a una segunda instancia, en la que se sumarían los gobernadores del PJ, los intendentes de la provincia de Buenos Aires, la CGT, los movimientos sociales y los partidos minoritarios.
En principio, dentro de esa dinámica que se analizó, la idea sería que la semana próxima haya una nueva reunión a la que se acoplen el resto de los socios y debatan los principales temas acordados durante el primer encuentro. Hasta noche no había definiciones sobre el armado final.
“Aún no se definieron los integrantes ni el número de participantes”, indicó a Infobae un funcionario de confianza de Presidente al caer la noche del lunes. El debate interno sobre cómo armar la mesa nacional sigue vigente dentro del Gobierno. Tal vez por eso muchos dirigentes del Frente de Todos aún no hayan recibido invitaciones formales.
Los gobernadores peronistas aseguran no haber tenido ningún tipo de contacto desde la Casa Rosada en las últimas horas. No recibieron una invitación formal y, en consecuencia, estiraron la definición sobre la presencia en el encuentro. Estiman hacerlo una vez que tengan una señal más clara de lo que va a suceder el jueves.
Los mandatarios aceptan que no existe uno solo de ellos que represente los intereses de todos, motivo por el cual deberían estar presentes la gran mayoría. En esta oportunidad la Liga de Gobernadores no servirá para unificar una postura ni sacar un comunicado conjunto. Creen que tendrían que estar todos.
Tampoco llegó una invitación formal a las principales organizaciones sociales oficialistas, como es el caso del Movimiento Evita y Barrios de Pie, ni a la mesa chica de la CGT. El único sindicalista que confirmó presencia fue Pablo Moyano. Ayer por la mañana, en la Quinta de Olivos, el líder de Camioneros se reunió con Fernández durante dos horas y aseguró que estará en el cónclave del jueves.
También después de una reunión con el Presidente, confirmó su asistencia el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. El encuentro del sábado entre ambos sirvió para sellar una tregua e intentar que haya un vínculo de paz.El funcionario camporista será uno de los representantes de Cristina Kirchner en la mesa nacional. Otro sería Andrés “Cuervo” Larroque, secretario general de La Cámpora, mientras que un tercero podría ser el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.
El mandatario no recibió invitación y para confirmar su asistencia espera una señal sobre el temario que se tratará. Tanto Kicillof como algunos otros dirigentes del núcleo K duro entienden que durante la reunión se debe tratar la proscripción que denunció la Vicepresidenta, minutos antes de dar de baja la posibilidad de ser candidata este año.
En la Casa Rosada insisten con la idea de que será una mesa meramente electoral, mientras que desde el kirchnerismo intentan abrir el temario y que se ponga en el centro de las discusión algunas acciones de gestión y las candidaturas. Llegó el momento de las definiciones porque el margen para especular se achicó considerablemente.
Lo que debe definirse en las próximas horas es si habrá una reunión amplia en la que estén representadas las distintas vertientes del Frente de Todos, o si se vuelve al formato de mesa de tres patas, en la que los referentes de los principales espacios abran el juego y, una semana después, el resto se sumen a la mesa para poder generar mayor amplitud en el debate sobre el rumbo del gobierno nacional.