Sergio Agüero ya lleva un buen tiempo lejos de las canchas en su rol como futbolista profesional. Tras una exitosa carrera en la que vistió las camisetas de Independiente (donde se formó y debutó), Atlético de Madrid, Manchester City (máximo goleador histórico con con 260 goles) y la Selección Argentina (tercer máximo artillero con 42 tantos), encontró el final de su carrera en el Barcelona. Sin embargo, esta conclusión no se dio de la manera que deseaba.
Llegó al gigante catalán a mediados de 2021 y jugó allí apenas 5 encuentros, en los que convirtió un único gol, casualmente en El Clásico ante Real Madrid el 24 de octubre de ese año, el cual perderían 2-1. Ese fue su último gol oficial. Una semana después, el 30, en un duelo contra Alavés, tuvo que abandonar el campo debido a una arritmia cardíaca que sufrió en pleno partido, lo que desembocaría que en diciembre anunciara su retiro definitivo del fútbol a sus 33 años de edad.
El Kun había firmado con el conjunto culé un contrato por dos temporadas (2021/22 y 2022/23), sin poder finalizar siquiera la primera. Entonces acordaron entre las dos partes que él renunciaría al sueldo del segundo año, pero la institución quedaba comprometida a pagarle la totalidad del primero. Sin embargo, a tres años de haber sucedido todo esto, el club aún no le ha abonado los 3 millones de euros que le debe, razón por la cual el delantero les inició una demanda.
Las razones que dan desde el Barcelona para no haber cumplido con lo pactado es que el seguro detectó que esta condición que afectó a Agüero era preexistente a firmar su contrato, puesto que ya había sufrido un episodio de las mismas características tiempo atrás. Por su parte, desde el entorno del futbolista niegan haya sido así, ya que la arritmia que había tenido previamente había sido en otra parte del corazón y que ya estaba solucionada.
La idea del Kun es no llegar al juicio y poder resolverlo mediante un pacto extrajudicial. De hecho, según informan algunos medios españoles como el Diario AS, estaría dispuesto a acordar un calendario de pagos en cuotas y así evitar generar un escándalo de grandes proporciones. En caso de no prosperar, todo terminaría en la corte, con el objetivo de que un juez obligue al club a pagar los 3 millones de euros.