No fue solamente la sanción del Presupuesto 2025 para la Ciudad de Buenos Aires lo que forzó a Jorge Macri a mantener pasos de equilibrista para transitar el primer año de su gestión. Distintas iniciativas se vieron mortificadas por la aritmética de la polítcia.
Aunque la cantidad de bancas no parecía ajustada -el jefe de Gobierno contabilizó la mitad del recinto a su favor, 30 de 60 votos- significó que para reunir mayoría le faltó un voto, que de acuerdo a cada tema tuvo que conseguir del peronismo o de los libertarios. Restan tres butacas de la oposición que ocupa la izquierda que nadie imagina acordando con el PRO.
Seguramente en febrero próximo la Legislatura porteña tratará en sesión extraordinaria el proyecto de suspender las PASO, debate donde el peronismo aportaría a favor de la iniciativa, nuevamente ante la necesidad de un acuerdo para que permita que prospere la propuesta. Sin embargo, el peronismo está reclamando por la fecha electoral, fijada para el próximo 6 de julio. Dicen que si se superponen las campañas, los temas nacionales dominarían el escenario “provocando el efecto contrario” al anunciado por el jefe porteño para que ante los comicios locales se discutan los temas del distrito.
Lo cierto es que la elección legislativa a la que convocó Jorge Macri abriría la esperanza de mejorar la presencia del oficialismo en el Parlamento porteño, en una movida que requiere varias condiciones.
Es que, en julio próximo, cuando se vote por legisladores porteños, se renovará la mitad del recinto, 30 bancas y sus suplentes. De esos escaños, el oficialismo pone en juego casi la mitad. Todo depende si para el armado electoral se mantiene la identidad de lo que fue Juntos por el Cambio, que en definitiva así actuó al nivel de la Legislatura de la Ciudad. En ese caso, el oficialismo renovaría en conjunto una docena de bancas.
Si bien son bloques separados, como el del radicalismo, vienen votando en sintonía. Es el caso del bloque Vamos Juntos que integra el PRO en diferentes versiones, junto a la Coalición Cívica.
El PRO tiene allí legisladores que dejarán sus bancas este año y que responden a distintos sectores internos, desde el de Cristian Ritondo hasta el de Horacio Rodriguez Larreta, pero también de Patricia Bullrich y de Mauricio Macri. La tensión con los legisladores de la ministra de Seguridad complicaría, inclusive, el armado de las listas electorales.
Además, en esta ocasión Jorge Macri querrá candidatos propios para tener referentes en la Legislatura de la Ciudad. Es cierto, que no tiene actualmente un solo legislador que se referencie con él. Por eso, aunque recién es pretemporada electoral, ya arrancó la danza de nombres y por lo menos dos ministros del Gabinete porteño suenan en esa calesita. Es cierto también que si se utiliza la Boleta Única en el efecto “arrastre” no es tanto como en las papeletas tradicionales. Habrá que ver.
Con una cuenta rápida, el oficialismo porteño para reponer una docena de bancas necesita obtener aproximadamente 40% de los votos de los vecinos. No es poco, teniendo en cuenta que las bancas se reparten entre el PRO, la Coalición Cívica, el radicalismo y el bloque Confianza Pública (Graciela Ocaña) entre otros.
En 2023, Jorge Macri a Jefe de Gobierno obtuvo casi el 50% de los votos y La Libertad Avanza el 13,8%, mientras que el peronismo reportó 32,3%.
El oficialismo de la Ciudad debería entonces superar el 40% de los sufragios si aspira a obtener ese voto que le falta para contar con quórum propio.