La vicepresidenta sembró sospechas y recordó que los abogados del líder de la banda de los copitos fueron asesores de legisladores del PRO
La vicepresidenta Cristina Kirchner relacionó el atentado que sufrió en la puerta de su casa con las causas judiciales por corrupción que enfrenta y sembró dudas sobre la autoría intelectual del hecho. “Lo tengo clarísimo: nadie puede pensar que esa banda planificó e ideó intelectualmente lo que me hicieron”, aseguró en el final de su alegato en el juicio oral por el caso Vialidad.
La “banda” a la que alude CFK son los detenidos por el intento de asesinato que sufrió en la puerta de su casa el 1° de septiembre, integrantes de un grupo que se dedicaba -o aparentaba- a comercializar copitos de algodón de azúcar: Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Gabriel Carrizo.
En ese contexto, la Vicepresidenta dijo que se siente indefensa. Aseguró, por ejemplo, que su despacho de la Cámara de Senadores fue apedreado durante 40 minutos sin que interviniera ninguna fuerza policial “local o nacional”.
Recordó además que el día que el fiscal Diego Luciani pidió una condena de 12 años en su contra algunos canales de televisión mostraban la puerta de su casa. “Es la única puerta que se conoce en la Argentina, la de Juncal y Uruguay, ahí mismito donde me quisieron pegar el tiro”, analizó.
También apuntó contra la Justicia porteña porque no hubo avances en la causa que intenta determinar quién ordenó realizar una pegatina de afiches con su cara y la frase asesina: “El juez tuvo la causa 5 meses y sistemáticamente se negó a los pedidos del fiscal para indagar a quienes habían sido individualizados que podían tener responsabilidad en encargar los afiches y haberlos pegados.
Finalmente recordó que los abogados de Carrizo, sindicado como jefe de la banda de los copitos, son asesores de legisladores del PRO.
“Alguien que se sienta a 20 o 30 metros míos, en el Senado, su asesor defiende a quien me quiso matar. Y la asesora de otra diputada también defiende a ese. Yo me siento en un estado de indefensión. ¿Usted cómo se sentiría, doctor Gorini?”, preguntó al presidente del tribunal que este viernes condujo la audiencia.