La derogación de la Ley de Alquileres fue celebrada dentro del mercado inmobiliario que asegura que esto provocó un incremento en la demanda y la baja en los precios. Sin embargo, el grupo de inquilinos que firmaron sus contratos en plena vigencia de la norma siguen afectados por el Índice de Contratos de Locación (ICL).
A pesar de esta circunstancia, febrero llega con una noticia que podría ser alentadora debido a que este porcentaje tomado para la actualización de los cánones comienza a dar indicios hacia la baja. De esta manera, el aumento para el segundo mes del año será del 171%, un 91% menos de lo que tuvieron que afrontar quienes alquilan en el momento pico de julio de 2024.
Es válido recordar que en aquel momento el récord fue absoluto y representó un encarecimiento de 265% del pago mensual en los contratos de locación. Si bien la cifra del ICL aún continúa siendo alta, está demostrando una tendencia a la desaceleración en concordancia con la caída de la inflación.
Las primeras señales de baja empezaron a verse desde septiembre de 2024 cuando registró la primera gran baja en los últimos 50 meses. “En ese mes, el descenso fue del 4,4%; pero los ajustes se profundizaron hacia fin de año con caídas del 18,5% en diciembre y del 18% en enero de 2025?, le afirmó a Infobae Alejandro Braña, miembro del Colegio Inmobiliario de la Ciudad de Buenos Aires.
En términos de variación mensual, la actualización de alquileres en febrero representará una disminución del 16%. “Por lo visto se proyecta que esta tendencia continuará durante los próximos meses con bajas menos pronunciadas”, remarcó el experto en Real Estate.
Opción más beneficiosa
Si bien los arrendatarios tienen la posibilidad de renegociar el acuerdo con los dueños del inmueble y establecer el sistema de actualización establecido luego de la derogación de la Ley de Alquileres, para muchos puede resultar más provechoso mantener los términos de adecuación por medio de la aplicación del ICL como venían hasta ahora.
“Si soy inquilino, claramente me conviene continuar con un contrato con ajuste anual por un tiempo más”, sostuvo Braña. El especialista tuvo en cuenta que las nuevas modalidades impuestas sobre la oferta reclaman, en la mayoría de los casos, ajustes por trimestres o cuatrimestres.
Otro dato en favor de esta postura de mantener las condiciones pactadas es la diferencia en el porcentaje de actualización anual que es considerablemente más baja que los registrados durante la vigencia de la ley y tienen una tendencia a la disminución en el futuro.
La necesidad de cumplir con ciertos requisitos administrativos y los costos que implicaría una rescisión de contratos es también un tema a tener en cuenta para tomar la decisión de continuar con la modalidad anterior. Coordinar la firma de un nuevo acuerdo y conseguir los avales requeridos significan trámites engorrosos y costosos.
“Si existía una garantía propietaria, los titulares deben volver a firmar el contrato; mientras que, en el caso de seguros de caución, hay que tramitar una nueva póliza con costos adicionales”, reflexionó Braña.